MONTREAL. AZOTEAS CON VISTAS Y PAELLAS PARA LLEVAR.

De camino a Montreal hay bares de carretera en polígonos grises y grandes cadenas de comida rápida donde se queda para desayunar. En la barra, hamburguesas entre gofre y gofre y en las mesas… conversaciones con octogenarios con gorra que bailan line dance.

Siguiendo el camino del río San Lorenzo se llega a la ciudad del Mont Royal. Un monte con vistas donde los estudiantes practican juegos inventados y la gente simplemente queda para pasear.

En Montreal hay barrios modernos con alquileres caros, apartamentos de hormigón que miran al río y un valenciano que hace paellas para llevar. Los bocadillos son de carne ahumada y la pasta con tomate, pimienta y sal. El mundo se arregla en las azoteas, los puentes cambian de color y el idioma según código postal.

“Si no hubiéramos tenido esta conversación nos hubiéramos perdido todo esto”.